El PROYECTO ATALAYA inició su andadura a
finales de 2005 con el respaldo financiero y técnico de la Dirección General de
Universidades de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de
Andalucía. Conscientes de la importancia de aunar tecnología, ciencia, cultura,
patrimonio y tradición cultural, los Vicerrectorados de Extensión Universitaria de las
universidades andaluzas asumieron entonces el reto de la creación y puesta en marcha de
una plataforma cultural universitaria andaluza en la que se sumasen labores de
investigación, de planificación, de gestión y de organización de eventos de forma
coordinada, evitando, no obstante, la injerencia en iniciativas ya programadas por cada
una de las universidades. Desde aquel 2005, el proyecto ha desplegado hasta 2013 siete
fases que han permitido consolidar un proyecto que ahora es, sobre todo, un ejemplo de
cooperación interuniversitaria.
A partir de la proyección alcanzada por cada una de las diez universidades en su
contexto más próximo, el Proyecto Atalaya ha proporcionado un espacio de trabajo
conjunto desde el que se potencia y optimiza una programación cultural heterogénea y
compleja, dirigida no solo a sectores universitarios sino a la sociedad en
general.
La experiencia adquirida y unos resultados altamente satisfactorios han puesto de
manifiesto la necesidad de proceder a una constante actualización en su diseño y
planteamientos, dada la complejidad de los distintos sectores y agentes implicados
así como el carácter dinámico de un ámbito de acción que se caracteriza,
precisamente, por su constante variabilidad y transformación.
De manera complementaria, el nuevo modelo de aprendizaje surgido como consecuencia de
la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior, así como el frenético
ritmo que el desarrollo de las nuevas tecnologías imprime actualmente a la sociedad,
han determinado nuevas orientaciones en este proyecto, al objeto de responder, en su
ámbito, al compromiso de la universidad con la formación integral, la atención a los
problemas sociales, y la generación de espacios de reflexión sobre los nuevos
itinerarios seguidos por la cultura, su uso y demanda.
En este sentido, una de las actuaciones más integradoras y de mayor visibilidad de
este proyecto ha sido la de la creación y consolidación del OBSERVATORIO CULTURAL
DEL PROYECTO ATALAYA (OCPA), por cuanto constituye una de las iniciativas en red más
novedosas así como por cubrir un importante vacío en el sector de la gestión
cultural. 6 Usos, hábitos y demandas culturales de la población andaluza.
El OCPA viene ofreciendo a los responsables de las políticas culturales herramientas
que le permiten mejorar la perspectiva y la prospectiva de su trabajo además de
formar a los agentes culturales de una forma científica y adecuada, de dotar al
sector cultural de información estadística fiable y mensurable que mejore su
quehacer diario y, finalmente y sobre todo, de dar a conocer a la sociedad la
situación de nuestro sector cultural universitario.
Dicho proyecto, coordinado por la Universidad de Cádiz y la Universidad Internacional
de Andalucía, consta ya de más de sesenta de productos específicos sobre y para la
gestión cultural. La mera enumeración de los productos que han surgido al amparo de
la labor de este Observatorio evidencia no solo una ambición definida desde sus
inicios sino también el rigor y el alcance de lo ya realizado en materia de
investigación, diagnóstico, propuestas metodológicas, conocimiento del impacto
económico, medición de su incidencia mediática, aportaciones a la gestión de la
calidad, formación, estudios de prospectiva, etc. En definitiva, una muestra más que
significativa de cómo la Universidad, a través de la actuación y la gestión
cultural, puede contribuir a mejorar su compromiso con la Sociedad, a diseñar
escenarios de futuro a través del diagnóstico de las nuevas demandas y a visibilizar
su carácter de servicio público.
Desde 2005, cinco fases después, el OCPA, u Observatorio Atalaya, tal y como es
conocido, ha construido una red bien enmallada y tensionada de productos tangibles,
portales, equipos de investigación y sobre todo de conocimiento y transferencia
cultural.
Fruto de este trabajo amplio de las diez universidades andaluzas es el reconocimiento
externo e internacional que supone el hecho de que el Observatorio Cultural
del Proyecto Atalaya haya obtenido la consideración de BUENA PRÁCTICA para la
Red Telescopi en el año 2013 o sea el centro de un proyecto de
cooperación internacional con la Universidad San Carlos de Guatemala.
El retrovisor nos aporta un completo balance de lo realizado pero también debe ser
punto de partida para seguir mejorando. Por ello, a partir de 2013 este Observatorio
suscribe otro paso adelante.
Tras un proceso de reflexión propio y de escucha de grupos de interés de nuestra
comunidad y del resto de España e Iberoamérica, la UCA y la UNIA, como universidades
coordinadoras del OCPA, plantean de cara a 2013 la apertura de una nueva etapa que
conjugue los objetivos y tareas tradicionales del Observatorio con una mayor
incursión del Observatorio en la realidad cultural de la comunidad autónoma
andaluza. Se trata por tanto de ser un poco más útiles; o dicho de una manera más
compleja: se trata de ser un poco más concretos en nuestra utilidad. Y el producto
que prologa este texto supone un enésimo ejemplo de cómo la universidad andaluza
puede ser socialmente responsable a través de su dimensión cultural.
En resumen, el Observatorio Cultural del Proyecto Atalaya se presenta ahora para
intentar, al menos en parte, ser fiel a la definición que la Real Academia Española
(RAE) ofrece sobre la palabra Atalaya: “Torre hecha comúnmente en alto para
registrar desde ella el campo o el mar y dar aviso de lo que se descubre”.
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