Barómetro Atalaya de usos, hábitos y demandas sociales de los estudiantes de las universidades públicas andaluzas

El Barómetro social de los estudiantes en universidades andaluzas en el marco del Proyecto Atalaya

La transferencia del conocimiento a la sociedad es una exigencia que ocupa su lugar junto a la misión fundamental de las universidades, la docencia y la investigación. Si el uso del término transferencia es relativamente reciente, hay una expresión arraigada en las universidades que es la de la extensión universitaria, entendida como los mecanismos para transferir, al entorno cercano y la sociedad en general, los logros en el ámbito del conocimiento.

Junto al de la transferencia, otro concepto que se ha desarrollado con éxito en nuestras universidades es la necesidad y el beneficio indudable de la colaboración interuniversitaria.

Hace algo más de diez años, en 2005, surgió un proyecto impulsado desde la Dirección General de Universidades de la Junta de Andalucía, que recogía esas dos ideas motoras de transferencia y colaboración: el Proyecto Atalaya. Nació para enriquecer la oferta de actividades culturales a través de esa cooperación interuniversitaria, desarrollar una acción más eficiente y aumentar el impacto de la cultura generada o promovida desde las universidades.

Desde entonces, el Proyecto Atalaya ha servido para la transmisión y generación de cultura artística y humanística, en el ámbito de la música, incluyendo el flamenco, patrimonio inmaterial de la humanidad, de la literatura, del teatro, del cine, la fotografía y el patrimonio. Ha utilizado canales clásicos de comunicación como el espectáculo, la publicación y la exposición y los medios que las tecnologías de la comunicación han puesto a nuestro alcance para facilitar la difusión a gran escala, siendo la Red el espacio natural de desarrollo para varios proyectos, entre otros el del Observatorio Cultural del Proyecto Atalaya.

Para llevar a cabo los objetivos del Proyecto Atalaya es necesario valorar las herramientas propias de la gestión cultural y, asimismo, conocer la sociedad o sociedades a las que se dirigen las acciones del proyecto. Desde esa necesidad y perspectiva nace este Observatorio Cultural del Proyecto Atalaya.

Su propósito viene bien definido en su web: “Somos conscientes de que este papel (el de la proyección cultural de las universidades) no puede mantenerse desde posiciones meramente voluntaristas. Es necesario en este campo, como en cualquier otro relacionado con la gestión universitaria, actuar con rigor y solvencia. Hay que auspiciar mecanismos constantes de análisis de nuestras políticas culturales, usar las nuevas tecnologías de la información tanto para su aplicación en las actividades, como para el uso de las mismas en la recogida de datos, catalogación de los mismos, novedades, noticias, acciones evaluadoras… Hay que partir del conocimiento detallado de los usos, hábitos y demandas culturales de nuestros usuarios para ofrecer acciones coordinadas, programaciones conjuntas, agendas integradas y otras tantas alternativas que puedan aprovechar con sinergia los recursos y medios de cada una de las universidades”.

Dentro de los varios productos que se desarrollan dentro del proyecto, en este volumen se presenta el Barómetro social de los estudiantes en universidades andaluzas. El propósito del estudio es ambicioso. Su objeto es el estudiante universitario, analizado desde diversas perspectivas: desde la posición económica y social, junto con su percepción de la actualidad, que permite establecer un marco general para contextualizar los temas investigados: la política, la participación, la cooperación y la solidaridad, la perspectiva de género, los problemas que les acucian. Con todo ello, puede extraerse una radiografía muy completa de los estudiantes de las universidades.

El Proyecto Atalaya nació como un proyecto ilusionante y con vocación innovadora. Los logros conseguidos en estos diez años son muchos y valiosos. Ahora es necesario seguir reflexionando y adaptar su ritmo al de esta sociedad que se ha vuelto más exigente hacia las iniciativas con financiación pública. Por ello, el Observatorio Cultural del Proyecto Atalaya tiene que jugar un papel dinamizador a la vez que convertirse en proyecto no solo para las universidades andaluzas sino para todas las universidades en general.

Estudios como el que en este volumen se presentan caminan en esa línea, pues se trata de un trabajo cooperativo con equipos en cada una de las universidades andaluzas coordinados por el Servicio de Extensión Universitaria del Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Extensión Cultural y Servicios de la Universidad de Cádiz, impulsora junto a la Universidad Internacional de Andalucía, del Observatorio Cultural del Proyecto Atalaya.

Por eso, felicitamos y nos felicitamos por este Barómetro social de los estudiantes en universidades andaluzas.

Descargar Barómetro Social de los estudiantes de las Universidades Andaluzas